Rafael Aracil, primer director e impulsor del Centro de Automática y Robótica (CAR), centro mixto entre la UPM y el CSIC, nos acerca al mundo de la robótica, a los retos a los que se enfrenta y a las nuevas oportunidades que están surgiendo.
Catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática
de la ETSI Industriales - UPM
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Pregunta: ¿Qué distingue al CAR de otros centros?
P: Considerando su dilatada experiencia profesional, ¿cuáles
considera que son los retos a los que se enfrenta el sector de la robótica en
la actualidad?
R: En el desarrollo de la Robótica se pueden distinguir dos
etapas: la robótica industrial y la denominada robótica de servicio.
La primera
es una tecnología madura, consolidada e implantada industrialmente. Es la que
ha permitido superar la fase industrial de la fabricación artesanal y es
utilizada masivamente en todas las industrias de producción de bienes de
servicio. Es ya conocido que, por ejemplo, la mayoría de las operaciones de
fabricación de automóviles son realizadas por robots. Ello ha dado lugar a una
industria activa que en España tiene un buen nivel de desarrollo.
En los últimos años se está fraguando otra fase de la
robótica dedicada a crear dispositivos que estén al servicio del hombre para
ayudarle en la realización de sus tares habituales. Esto es lo que se denomina
robótica de servicio y sus objetivos en cuanto a aplicaciones son muy amplios
extendiéndose desde apoyo en temas
médicos o domóticos hasta ayuda en tareas incómodas, insalubres o muy pesadas
como las del sector agrícola, en la construcción, en entornos submarinos, etc.
Es en esta faceta en donde la investigación, y por tanto en CAR, está
desarrollando principalmente su actividad, en algunos casos en colaboración con
industrias y en otros por iniciativa propia como apuesta de futuro.
P: En el sector de la robótica y automatización en España, ¿la
colaboración universidad – empresa es la excepción o una buena práctica
extendida?
R: Desde mi punto de vista en este sector la colaboración no es distinta de
la existente en otros sectores industriales. En general, hay una barrera entre
la Universidad y el sector empresarial muy difícil de superar.
Solo como excepción, y gracias al empeño de algunos empresarios y profesores,
se inicia una colaboración que normalmente se consolida con el paso del tiempo.
P: ¿Podría definirse al sector como innovador?
R: Este sector está encuadrado en lo que se denomina nuevas
tecnologías y como tal tiene que ser innovador. Los objetivos globales a medio
plazo tienen que ser similares a los que se plantearon en sus orígenes en otros
sectores como en la telefonía, la radio,
la televisión, la informática o el automóvil: un equipo por lo menos en cada
casa o para el uso de cada persona. Ese debe ser el objetivo global de la
Robótica.
P: Podría comentarnos brevemente algunos de los resultados
alcanzado en el CAR disponibles para ser comercializados al sector empresarial.
R: En el CAR hay en la actualidad 12 grupos de investigación
que cubren en sus desarrollos una gran área de aplicaciones de la Robótica.
Desde guiado automático de automóviles o vehículos aéreos o submarinos sin
conductor, hasta desarrollo de sistemas robotizados para las tareas agrícolas o
de mantenimiento de sistemas eléctricos, pasando por robots de apoyo en tareas médicas como cirugía o
rehabilitación. En casi todas estas áreas hay desarrollos ya transferidos a la
industria o susceptibles de serlo de forma inmediata si hay demanda para ello.
P: Robots humanoides, drones o ROVs, ¿está viviendo el sector
un gran momento?
R: Estos desarrollos están causando un gran impacto popular,
pero realmente con pocos resultados realmente prácticos socialmente. Solo los
ROVs han dado lugar a una industria y están realizando tareas verdaderamente
útiles. Los robots humanoides y los drones son hoy en día utilizados más bien como
juegos. Esta realidad se debe tomar de forma
positiva y es realmente una gran oportunidad para la creación de
empresas que, sin duda, en un futuro más bien próximo van a tener éxito.
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