El desarrollo y expansión de la cirugía de mínima invasión (CMI), como alternativa frente a la cirugía tradicional, está suponiendo un cambio de paradigma en este ámbito clínico. Se estima que el 50% de los ingresos hospitalarios en los países desarrollados están ligados a posibles complicaciones y al periodo de convalecencia post-operatorio. En EEUU, el 10% de los 15 millones de intervenciones quirúrgicas anuales se realizan con técnicas CMI y en Europa se estima que en 5 años el 25% del total de operaciones se llevarán a cabo a través de estos procedimientos.