jueves, 13 de octubre de 2016

Fátima Gordillo: "Sin una adecuada comunicación tendremos algo excepcional que nadie conocerá o que nadie entenderá"

Fátima Gordillo es co-fundadora y responsable de la revista digital de tecnología, ciencia y vida Tek'n'life. En el ámbito de la comunicación, ha sido subjefa de redacción en el primer periódico digital de Granada y redactora de estilo en Computer Hoy, entre otros medios. También ha sido profesora de oratoria y teatro en la Escuela Superior de Comunicación y Marketing de Granada, directora del grupo de Teatro Hiperión y conferenciante sobre diversos temas relacionados con la comunicación, los métodos para evitar la manipulación o cómo usar la filosofía para cambiar el mundo.

Esta tarde contaremos con ella en el Curso de Comercialización de Tecnologías, ya que es la encargada de impartir el "Taller de comunicación y presentación comercial". 

¿Qué importancia puede tener la comunicación a la hora de comercializar una tecnología?
Toda. Cuando se crea un producto hay que pasar por una cadena de personas hasta que se comercializa y, aún después, tiene que llegar al público. Aunque hay códigos estándar de comunicación, cada persona tiene su propio código de decodificación, matices que pueden hacer que la transmisión del mensaje se corrompa. En esa cadena de transmisión hay eslabones. Uno de esos eslabones son los socios e inversores, a los que hay que mostrar los beneficios y posibilidades económicas del producto; otro es el de las personas encargadas de la producción, la distribución y la venta, que tienen que saber cómo fabricarlo y hacerlo llegar a los clientes finales. Así hasta llegar al comprador, que tiene que tener muy claro en qué le va a beneficiar usar ese producto y si le merece la pena invertir su dinero en comprarlo.   

Todos estos elementos tienen una cosa en común: la adecuada comunicación. Sin eso las ideas, por buenas que sean, se quedan en el cajón de lo que pudo llegar ser. Funciona igual que un organismo, y a veces un fallo de comunicación en cualquier punto de la cadena echa a perder el trabajo realizado en los otros eslabones.
En el mundo de la tecnología, donde los avances y desarrollos corren a veces más rápido que la capacidad del gran público para entender sus implicaciones, es especialmente importante. Suelen ser cosas tan novedosas que las decisiones se deben tomar sobre expectativas a futuro, en lugar de sobre experiencias, porque no da suficiente tiempo a que se genere una experiencia sólida antes pasar a la siguiente versión. Sin esa comunicación de la que hablamos tendremos algo excepcional que nadie conocerá o que nadie entenderá.

Dentro de tu carrera periodística, ¿qué te animó a especializarte en temas de tecnología y ciencia?  ¿Qué importancia crees que tiene la divulgación científica tanto para la audiencia como para los investigadores?
En parte el azar y en parte el interés personal. El azar porque pasé de trabajar en un periódico digital tocando la actualidad local, a formar parte de una de las revistas de divulgación tecnológica más vendidas en nuestro país. Gracias a esto pude estar en contacto directo con las últimas innovaciones tecnológicas y con algunos de los grandes personajes detrás de estas innovaciones, pude indagar en los desarrollos y avances científicos que las posibilitaban, y disfrutar cada día más con las grandes oportunidades que surgen para todos los ámbitos de la vida, gracias a esa combinación maravillosa de la ciencia y la tecnología.

En cuanto a la divulgación científica es esencial por muchas razones. Para el público porque comprender la ciencia ayuda a aprender a pensar, a cuestionarse las cosas, a no ser dogmáticos y buscar siempre soluciones realistas a los problemas de nuestra vida cotidiana. La ciencia enseña a sorprenderse ante todo lo que queda por descubrir y a usar la curiosidad como motor para avanzar. Que el gran público pueda conocer y comprender todo lo que hacen los científicos le capacita para valorar y apoyar su trabajo. Para los investigadores es, si cabe, más importante. La divulgación les convierte en modelos sociales, contribuye a que se despierte la curiosidad y el interés entre los estudiantes, esos que se convertirán en sus futuros alumnos y relevos, los que permitirán que todo continúe. Si la sociedad entiende y reclama el papel de la ciencia, la clase política debería sumarse a esa corriente y proveer a los investigadores de las herramientas necesarias para hacer su labor, quizá sea utópico, pero lo veo así.


¿Crees que hoy en día se da el peso suficiente a la comunicación dentro de este ámbito?, ¿has visto algún cambio durante los últimos años?
Creo que a la gente en general siempre le ha interesado saber lo que logra la ciencia, pero los medios (como me dijo una vez un amigo divulgador) no siempre han acompañado este interés. A partir de la aparición de Internet y los blogs en los últimos años, así como la mayor presencia de temas científicos en la prensa y la televisión, se ha podido constatar que hay un público muy amplio y muy variado para los temas científicos, desde los más eruditos hasta los más divulgativos. 

Sin embargo, al mismo tiempo que se amplía la comunicación científica seria, proliferan en paralelo los temas pseudocientíficos, los dogmatismos y las intolerancias de todo tipo, y la única manera de ayudar a la gente a no caer en la pseudociencia, los radicalismos y las supersticiones es que el pensamiento y la comunicación científica sean cada vez mayores y mejores, más amplios y accesibles a todos los rincones de la sociedad, en todo el mundo.

Éste va a ser el primer año que participas en este curso. ¿Qué opinión te merece?, ¿qué destacarías de esta iniciativa?
Para bien o para mal he podido ser testigo de lo que logra una buena comunicación y de los problemas que causa una mala comunicación. Creo que en muchos laboratorios se gestan cosas realmente increíbles y útiles para la sociedad que no pueden terminar con la publicación del trabajo en una revista científica. Si pueden aportar algo bueno tienen que recorrer el camino hasta el final, hasta la sociedad, y eso incluye, entre otras muchas cosas, la comunicación, que es la parte de la que me encargaré en este curso. Eso es lo más destacable de la iniciativa, que una de sus finalidades es contribuir a que muchos avances lleguen a donde pueden ser útiles y beneficiosos.

¿Cuáles son los grandes fallos comunicativos que encuentras a la hora de enfrentarte a perfiles muy tecnológicos?
Un ingeniero, un tecnobiólogo, un neurocientífico o cualquier otro profesional vinculado a la tecnología hacen lo que mejor saben hacer, que es investigar, desarrollar o construir. Aunque suene tópico, la realidad es que existe un alto porcentaje de ellos que, siendo extraordinariamente buenos en lo que hacen, se encuentran en serias dificultades para que se comprendan sus trabajos fuera de su entorno. Para llegar al final de esa cadena como decía antes, los inversores, los publicistas, los periodistas y el público en general necesitan que el lenguaje se adapte a su capacidad y nivel de comprensión y, sobre todo, a lo que necesitan saber para apoyarlo. Poniendo un ejemplo extremo, puede que para el dueño de una tienda sea curioso que le cuenten cómo funciona el Advertising Interval de un beacon, pero conocer cómo puede usarlo en su negocio es mucho más atractivo.

Además de saber adaptar el lenguaje hay que saber hacer algo más difícil aún, que es transmitirlo. En eso juega un papel fundamental la imagen personal y la comunicación oral. Nos guste o no, formamos nuestras primeras impresiones de manera inconsciente sobre prejuicios estándar como la forma de vestir, los tics al moverse o la cadencia al hablar. No podemos caerle bien a todo el mundo, pero podemos evitar que nos den el carpetazo antes de escucharnos. 

Imagina todo el esfuerzo que supone crear una compañía sobre el desarrollo de un producto, por ejemplo un móvil, donde la competencia es muy alta y el nivel de exigencia del público también, porque el móvil se ha convertido es un elemento más de la cotidianeidad de todo el mundo. Consigues inversores, montas la compañía, contratas gente, tienes el producto empaquetado en cajas, listo para salir a los expositores de venta y el día que tienes que presentar el producto a la prensa, que son una de las partes finales del proceso de prescripción, un tipo en bermudas y camiseta se dedica sin más a recitar la ficha técnica del producto, con sus siglas y nomenclaturas, sin apenas parar para coger aire y sin mirar a nadie a los ojos. Eso ha pasado, y el resultado ha sido un desastre.

Más allá de seguir una estrategia de comunicación, y tras tu experiencia como profesora de oratoria, ¿cómo se puede trabajar la comunicación verbal para obtener mejores resultados de una presentación comercial?
Técnicas hay muchas, y la mayoría de ellas están muy accesibles a través de Internet, pero nada nos va a ayudar a comunicar mejor, a menos que hagamos algo muy sencillo, pero muy difícil a la vez: practicar, observar, corregir y volver a practicar, observar y corregir... siempre, todo el tiempo, porque siempre hay algo que aprender o que pulir. Los que siguen cualquier disciplina saben que sin eso no se consigue nada, y la comunicación verbal no es diferente, da igual que sea para una presentación comercial o para hacer teatro, la esencia es la misma, lo que variarán serán algunas técnicas y consejos. 

En los cursos de oratoria se explica la teoría de cada elemento de la comunicación: la voz, los gestos, la construcción del discurso, lo que transmite nuestra imagen. Pero es en la práctica donde la persona entiende lo que cuesta que lo que está tan claro en su cabeza, penetre con la misma claridad en la cabeza de otra persona; donde descubre cuáles son sus limitantes y donde aprende a trabajar con ellos para que no le impidan hacer y decir lo que quieren como quieren hacerlo: practicar, observar, corregir y volver a practicar, observar y corregir...


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